En su interior podemos encontrar zonas de pino carrasco (mayoritariamente en la Bardena Negra y en el Vedado de Eguaras en la Bardena Blanca), de sabinares, de coscojares, de romerales, de espartales, de sisallares y de ontinares.
La dureza del clima provoca la presencia de singulares arbustos con hojas coriáceas, aciculares e, incluso, con espinas para adaptarse al clima seco. Además, en los suelos salinos las plantas han tenido que desarrollar hojas y tallos carnosos en los que acumulan el agua. Y para aprovechar las lluvias primaverales o las tormentas del otoño, numerosas especies han adaptado su ciclo vital a un espacio de tiempo muy corto.